




Para comprender el amor que despierta Patricia Araujo en miles de internautas habría que recurrir al diálogo final de Some like it hot (mejor conocida como Una Eva y dos Adanes), aquella maravillosa película de Billy Wilder.
Osgood: “He hablado con mamá por teléfono, ha llorado de felicidad. Desea que lleves su traje de novia con encajes blancos.”
Daphne (llevándose las manos al corazón): “Osgood, no puedo casarme con el traje de tu madre, ella y yo no tenemos el mismo cuerpo.”
Osgood: “Haremos que lo arreglen.”
Daphne (con firmeza): “¡No lo harás! Mira, Osgood, debo decirte la verdad. No podemos casarnos.”
Osgood: “¿Por qué no?”
Daphne: “Bueno, en realidad no soy rubia.”
Osgood (generoso): “No importa.”
Daphne: “Y además, fumo. Fumo como un carretero.”
Osgood: “A mí no me molesta.”
Daphne: “Y tengo un pasado muy agitado. Desde hace tres años vivo con un saxofonista.”
Osgood: “Te perdono.”
Daphne (cada vez más desesperado): “Y nunca podré tener hijos.”
Osgood: “Los adoptaremos.”
Daphne: “¿Pero, es que no me comprendes? (se arranca la peluca y dice con voz de Jerry, el auténtico hombre que es): “¡SOY UN HOMBRE!”
Osgood (con indiferencia): “Nadie es perfecto.”

No hay comentarios:
Publicar un comentario