sábado, 5 de diciembre de 2009

Katja Kassin: El porno es un juego que a veces enfrenta a once contra una y al final siempre gana Alemania


Sabíamos que iba a pasar algún día, pero aún así sorprende cuando te enteras. Es como los cigarrillos que se acaban cuando más los necesitas (aún cuando sabías que la caja tendría que vaciarse de un momento a otro). Y sí: Katja Kassin se retira del porno. Alguien decía que cuando esta teutona (nótese la astucia con que sugiero que le veamos los pechos, a pesar de ser operados) dejara el porno, la industria le podía quitar una X a su clasificación. Katja Kassin hizo del sexo puerco su marca de normalidad. Para ella, un anal era como el saludo de manos: el protocolo de sociabilidad cuando dos personas que se encuentran.


Nacida en Liepzig en 1979, la chica empezó la vida laboral a los 15 años vendiendo helados en un restaurante italiano después de clase. Fue camarera por 6 años –ahí aprendió a ser tan servicial- y en 2000 se dedicó al modelaje de desnudos para saltar al softcore poco más tarde. El paso natural al sexo duro fue cosa de nada, a través de la agencia Spiegler Girls, con la cual trabajó durante tres años y medio. En 2003 fue el inicio de su carrera en el hardcore americano, de la mano de Vince Voyeur.

Sabemos que decir “porno” y “alemán” en una misma frase nos lleva a imágenes inenarrables incluso para el Divino Marqués, de modo que oír hablar de una “actriz alemana” nos predispone a esperar de ella cualquier clase de guarradas. En ese sentido la Kassin no decepciona e incluso sorprende, no por lo que sea capaz de efectuar, sino porque ella solita hace lo que diez actrices harían por separado y una sola vez.


Nuestra alemana favorita además tiene una preparación como pocas. Antes de trasladarse a Estados Unidos, se licenció en Ciencias Políticas en la Universidad de Leipzig y para los que hemos estudiado Letras, es preciso informarles que también estudió Filología y Literatura Alemanas, por lo que podrías pasar una tarde con ella discutiendo solamente sobre Goethe. Por si esto fuera poco, Katja habla inglés, alemán, ruso y otras tres lenguas más, de modo que puedes escucharla decir cochinadas en seis idiomas.



En el lado de la industria triple X, desde su arribo a los EU, la Kassin no hizo sino subir los niveles de temperatura en cada escena. Del creampie al coito con diez hombres, de beber cócteles hechos de eyaculación femenina y masculina hasta felaciones capaces de desencajar la mandíbula de un ser humano cualquiera, de escupitajos en la boca a las dilataciones del ano y de ahí a las dobles penetraciones, Katja erigió su leyenda a fuerza de probar la resistencia del cuerpo. Lo que más admiramos de ella es que –con lo que ha vivido- a estas alturas debería estar en una silla de ruedas o tomando penicilina después de cada comida, pero al parecer está en buenas condiciones y la mejor prueba de ello es que se da el lujo de planear un futuro fuera del porno:

No me veo chupando pollas para pagar mi hipoteca, me veo trabajando en un empleo con el que no gane grandes cantidades de dinero pero que me llene y que cubra todas mis cuentas. Quiero disfrutar de una rutina, de estar siempre en la misma oficina, de las relaciones estables… Me gustaría tener nuevas responsabilidades y comprometerme con una persona, casarme, fundar una familia y disfrutar de mis hijos.

Fue lo que escribió en su “carta de renuncia” al mundo XXX. Para muchos fue el día más triste de sus ya de por sí tristes vidas.



Para su filmografía acá y a continuación, una muestra de su trabajo.


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