Los conductores a los que sorprendió la emisión frenaban sus vehículos y, sin terminar de creerse lo que estaba sucediendo, permanecían embobados ante el improvisado cine X urbano.
La compañía propietaria de la pantalla publicitaria, situada en una carretera unos dos kilómetros al sur del Kremlin de Moscú, se disculpó por lo sucedido y explicó que había sido obra de hackers, quienes habrían accedido al sistema informático del monitor, introduciendo la cinta pornográfica.
TOMADO DE PORNOTICIERO.