Ya ni la chingan, ya no podrá uno orinar tranquilo...
A menudo conocido con el nombre de síndrome de la vejiga tímida, la paruresis está clasificada como un desorden de ansiedad social. En encuestas nacionales, el 7% del público respondió afirmativamente a la pregunta, “¿Tiene usted dificultad para ir al baño cuando está fuera de casa?”. Aunque es improbable que 17 millones de personas tengan ese problema médico, el número es claramente sustancial.
“Nosotros no tenemos realmente idea de cuanta gente está bregando con esta condición”, explica el doctor Steven Soifer, presidente de la International Paruresis Association (IPA, Asociación Internacional de Paruresis) y profesor asociado de trabajo social en la Universidad de Maryland. “Mucha gente no se siente cómoda para hablar de paruresis con su cónyuge de 25 años de casado, no digamos con su doctor. Puede ser más vergonzoso que la incontinencia o la disfunción eréctil”.
Aún cuando la timidez en el baño ha sido objeto de bromas en Seinfeld, Verónica's Closet, y Ally McBeal, solo Howard Stern entre las celebridades ha hecho público su problema de vejiga tímida. Para la gran mayoría de los que la padecen, la paruresis es un secreto al que ellos dedican gran cantidad de tiempo y energía en esconder.
La vergüenza puede ser tan aguda, dice Soifer, que alguna gente toma empleos por debajo de su nivel educacional y profesional de habilidades simplemente para no tener que enfrentar la agonía de usar un baño público durante las horas de oficina.
“Un hombre con educación universitaria terminó tomando una ruta para vender periódicos con el único objetivo de evitar a otras personas”. Recuerda Soifer, quien es él mismo un parurético en recuperación. “Mucha gente trabaja en casa o se auto-emplean solo para poder manejar su situación”.
Yo siempre he sufrido de vejiga tímida moderada...
¿Usted?
Aun cuando usted sabe que su vejiga le está diciendo que debe orinar urgentemente, nada sucede. Usted espera... y espera... y espera. Alrededor suyo la multitud viene y va mientras su vergüenza aumenta. Si usted tiene suerte, la llamada de la naturaleza es contestada. Pero para algunos, la agonía no terminará hasta que conduzcan hasta sus casas para hallar la seguridad de su propio baño privado, con puerta cerrada....
¿Usted?
Aun cuando usted sabe que su vejiga le está diciendo que debe orinar urgentemente, nada sucede. Usted espera... y espera... y espera. Alrededor suyo la multitud viene y va mientras su vergüenza aumenta. Si usted tiene suerte, la llamada de la naturaleza es contestada. Pero para algunos, la agonía no terminará hasta que conduzcan hasta sus casas para hallar la seguridad de su propio baño privado, con puerta cerrada....
La condición afecta a más hombres que mujeres, 9 de cada 10 paruréticos son hombres. Las mujeres experimentan menos ansiedad porque ellas usan sanitarios en cubículos encerrados y están menos al descubierto cuando orinan. Aquellas mujeres que sufren de paruresis tienden a presentar casos más severos.
A menudo conocido con el nombre de síndrome de la vejiga tímida, la paruresis está clasificada como un desorden de ansiedad social. En encuestas nacionales, el 7% del público respondió afirmativamente a la pregunta, “¿Tiene usted dificultad para ir al baño cuando está fuera de casa?”. Aunque es improbable que 17 millones de personas tengan ese problema médico, el número es claramente sustancial.
“Nosotros no tenemos realmente idea de cuanta gente está bregando con esta condición”, explica el doctor Steven Soifer, presidente de la International Paruresis Association (IPA, Asociación Internacional de Paruresis) y profesor asociado de trabajo social en la Universidad de Maryland. “Mucha gente no se siente cómoda para hablar de paruresis con su cónyuge de 25 años de casado, no digamos con su doctor. Puede ser más vergonzoso que la incontinencia o la disfunción eréctil”.
Aún cuando la timidez en el baño ha sido objeto de bromas en Seinfeld, Verónica's Closet, y Ally McBeal, solo Howard Stern entre las celebridades ha hecho público su problema de vejiga tímida. Para la gran mayoría de los que la padecen, la paruresis es un secreto al que ellos dedican gran cantidad de tiempo y energía en esconder.
La vergüenza puede ser tan aguda, dice Soifer, que alguna gente toma empleos por debajo de su nivel educacional y profesional de habilidades simplemente para no tener que enfrentar la agonía de usar un baño público durante las horas de oficina.
“Un hombre con educación universitaria terminó tomando una ruta para vender periódicos con el único objetivo de evitar a otras personas”. Recuerda Soifer, quien es él mismo un parurético en recuperación. “Mucha gente trabaja en casa o se auto-emplean solo para poder manejar su situación”.
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