Ahora sí se nos han terminado los pretextos para no tragarnos todo lo que nuestro hombre nos quiera dar… y, vamos, el semen posee tantas propiedades, que no engullirlo es como no dejar que nuestra abuelita nos zampe las tabletas de Cevalín.
Que sabe peor que comerse un calcetín de futbolista mundialero no es mentira ni secreto, pero hoy en día está comprobado que el sabor del agüita de horchata no sólo es modificable, sino hasta mejorable.